sábado, 15 de octubre de 2016

Sábado con los Grimm 2; El gato y la ratita montan su hogar.



Buenas gentecilla!

Hoy seguimos con la sección Sábado con los Grimm, y en esta ocasión hablare del cuento: El gato y la ratita montan su hogar.

La historia empieza con un gato y una ratita que deciden vivir juntos en una casita ya que entablan una muy buena amistad y el gato sentía un afecto muy grande hacia la pequeña ratita.
Como se acercaba el invierno deciden buscar provisiones y deciden comprar entre los dos un tarro de manteca. Para que nadie se lo robara deciden esconderlo en la iglesia y si se veían muy apurados de comida ellos serian los únicos en saber donde estaba y poder comer un poquito. 

Paso un tiempo y el gato no se podía quitar de la cabeza ese tarro de manteca tan delicioso así que empezó a engañar a la ratita diciendo que le habían pedido ser el padrino de un gatito que había nacido. La ratita muy feliz con el gato le dice que se lo pase bien y que le cuente todo después.
Ya sabemos todos lo que el gato va a hacer, por supuesto. Se va a la iglesia y empieza comiéndose la grasa que protege esa manteca.
Cuando vuelve a casa la ratita le pregunta qué nombre le habían puesto al gatito. El gato con mucha frialdad le dice: “Lo de encima se acabo” La ratita extrañada le comenta que es un nombre muy poco común pero no se extraña demasiado.

A los días el gato le vuelve a decir la misma mentira y la ratita le dice que se muere de curiosidad por saber el nombre que le pondrán. El gato va a la iglesia y empieza a comer de la manteca. Cuando llega a casa la ratita le pregunta por el nombre y el gato le dice: “Solo queda la mitad” La ratita muy sorprendida no puede entender el por qué de esos nombres, pensando que su familia es un poco rara.

Estaba tan rica la manteca para el gato que vuelve a decirle la misma mentira a la ratita y vuelve a la iglesia a comer, esta vez dejando el tarro sin un poco de manteca. Cuando llega a casa la ratita le vuelve a preguntar por el nombre del nuevo gatito y este le dice: “Ya no queda nada” La ratita sigue en sus trece diciendo que no sabe el por qué de ese nombre.

Cuando por fin llego el invierno la ratita decide ir a la iglesia junto al gato para comer esa deliciosa manteca pero cuando llega al escondite y ve el tarro vacio empieza a juntar las piezas y le echa en cara al gato el significado real de los supuestos nombres que le había puesto a los gatitos, descubriendo que todo había sido una farsa y que nunca había tenido que hacer de padrino para nadie, que solo lo había hecho para comerse el solo la manteca.
El gato le advierte que no diga nada o se la comerá a ella, pero la ratita no puede parar de hablar y antes de que pudiera acabar de decir la última palabra el gato salta encima de ella y de un bocado se la come. 

Opinión

Esta fabula es muy sencilla, no tiene más que lo que cuenta. No hay que buscarle ningún significado ni nada. Y como bien dice el final del cuento;

Y bien ¿qué esperabais? Estas son las cosas que pasan en este mundo.

Un cuento es muy difícil de reseñar, ya lo dije en el primer cuento. Lo único que puedo hacer es contar el cuento con mis palabras. Espero que os haya gustado. 

Mi puntuación es de 3,5/5

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